Nuestra historia

Cuatro generaciones construyendo hogares.

Ha pasado mucho tiempo des de que Jaume Casadevall, un joven de Sant Feliu de Guíxols, decidiera emprender una aventura rumbo a América. Después de pasar por Buenos Aires y Nueva York, volvió al Empordà habiendo aprendido el oficio de albañil i se instaló en Palafrugell, donde vivía su futura esposa i donde, en 1932, se estableció por su cuenta.

Sin relevo generacional, la historia de Tané Construcciones podría haber terminado aquí. Sin embargo, en 1945 un joven mecánico de Olot, Albert Tané, recibió una oferta de trabajo que aceptó ilusionado. Aquí había visto el mar por primera vez, en una excursión de su infancia, y la perspectiva de vivir junto a él le entusiasmaba. Su decepción fue descubrir, una vez llegado a Palafrugell, ¡que la costa estaba a tres quilómetros del pueblo! Sin embargo, ya el primer día conoció a Carme, la hija de Jaume Casadevall, con quien se casó tres años después. No había marcha atrás.

Albert, aunque ya cumplido los treinta, cambió su oficio de mecánico por el de albañil. El mar, que le había llevado hasta allí, fue el detonante de una nueva época en la empresa. Él vivió la eclosión del turismo, con la construcción de varios hoteles i residencias de veraneo, además de otros edificios de diversa envergadura. Son los años en que la empresa se consolida como una de las más importantes de la zona en su sector.

Hoy, Jaume Tané, la cuarta generación, ha tomado el relevo de su padre Joan. Él dirige y gestiona nuestro patrimonio más preciado: la experiencia y los conocimientos acumulados a lo largo de más de ochenta años de existencia.

 

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