La bóveda catalana: de la casa tradicional catalana a los palacios americanos

La bóveda catalana: de la casa tradicional catalana a los palacios americanos

La resistencia de la bóveda catalana está provada.

Quien más quien menos, todo el mundo ha oído hablar de la bóveda catalana. Se trata de una técnica constructiva ancestral con la que se cubre una habitación mediante el uso de ladrillos col • metidos por la parte plana. En primer lugar se hace una primera vuelta con ladrillos, sobre la que se añade una segunda. La transmisión de presión del centro hacia los laterales hace que sea un elemento de una gran resistencia.

Hoy en día estamos acostumbrados a verla en masías, así como en las tradicionales casas de coso de las villas y ciudades del país. Su existencia es un valor añadido cuando se busca una finca de arquitectura popular, y lo más habitual es restaurarlas retirando la pintura o la cal con que a menudo se han cubierto para dejar el ladrillo visto. Tener una bóveda catalana en casa es un tesoro que hay que conservar.

Los orígenes de la bóveda catalana hay que ir a buscarlos a la antigua Roma. Lo que muchos no saben, sin embargo, es que este elemento tan típico de nuestro patrimonio arquitectónico tanto popular como, a partir del siglo XIX, senyorial- atravesó fronteras y se encuentra, de una manera esplendorosa, en grandes edificios públicos de los Estados Unidos.

 

El Guastavino system

Rafael Guastavino

Fue Rafael Guastavino, un arquitecto valenciano, quien llevó el sistema en el continente americano en 1881. Después de haber trabajado en Cataluña, su aparición en Estados Unidos fue providencial. Llegado sólo diez años después del incendio que arrasó Chicago, su sistema se consideró a prueba de fuego, y en 1889 ya tenía su propia empresa: la Guastavino Fireproof Construction Company.

Su éxito se basó en el talento, pero también en la oportunidad, ya que fue lo suficientemente hábil como para patentar la bóveda catalana en Estados Unidos, presente en más de un miles de edificios en todo el país. Entre los más famosos, la Biblioteca Pública de Boston, su primer gran proyecto; el Oyster Bar en la Grand Central Station, el Carnegie Hall o el Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York; o el Museo Nacional de Historia Natural o la Corte Suprema, en Washington DC.

Rafael Guastavino murió en 1908 y fue su hijo, Rafael Guastavino Jr., quien heredó la empresa, con la que continuó salpicando el paisaje americano de vueltas catalanas hasta 1962, año en que la empresa realizó su último proyecto. A pesar de este importante legado, los Guastavino todavía son muy desconocidos. Para difundirlo, el Massachusetts Institute of Tecnology tiene en marcha el Guastavino Project, y entre 2012 y 2014 Boston, Washington y Nueva York han acogido una exposición itinerante, Palaces for the People, en la que han participado la Diputación de Barcelona, el Institut Ramon Llull y el centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.

Vídeo ACN

Vídeo TVE

Biblioteca Pública de Boston

Biblioteca Pública de Boston

Oyster Bar, en la Grand Central Station, Nueva York

City Hall Subway Station

Museo Nacional de Historia Natural (Washington)